Nuestra verdadera riqueza

A los ricos de este siglo mándales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos (1 Ti 6:17).”

Por Marvin Zelada – Iglesia Católica

Genéricamente siempre hemos entendido que rico es aquel que lo tiene todo, aquel que no le hace falta nada, aquel que no conoce ciertamente de la necesidad; en el tiempo actual de pandemia, podemos detenernos un poco a pensar dónde, y en qué encontramos nuestra riqueza, y como nuestra fe cristiana nos da la oportunidad de “esperar un tiempo mejor”.

En la actualidad es innegable que un fuerte pesimismo ronde nuestras vidas, a raíz de tanta inseguridad social, y económica. Tantas personas han perdido su fuente de trabajo o empleo, y la situación pareciera que cada vez empeora más.  Sin embargo, en medio de todo, nuestra fe y la esperanza alimentada por el Dios Vivo, nos alientan y reconfortan para retomar fuerzas y continuar adelante, pues ¿a quién podremos acudir en estos momentos?

Lo que nos distingue y podemos donar

Una característica impregnada en el cristiano actualmente es el ser realmente “el rico de este siglo”, pues la fuente de sus riquezas nace de la fuente del Dios Vivo, pues de Él viene la abundancia, de Él viene su seguridad… y es que realmente las riquezas materiales, como vimos en este momento de pandemia, son inciertas y perecederas, no son eternas.

Otra particularidad más para nuestra riqueza, sería nuestra capacidad de donación, pues “quien tiene da” ¿es así? El ser humano muchas veces tiende a dar de sí a los demás, y así vemos que – en estos momentos de calamidad e inseguridad – la riqueza de ofrecer nuestros dones a los demás es inmensurable, porque la fuente de ésta es realmente inagotable. 

Entonces, quien da, mantiene y cree firmemente que se dona por amor a Dios y a sus hermanos, es el más rico, pues realmente ¿no hemos recibido tanto de Dios? Y esta situación de inestabilidad es la oportunidad para el cristiano de mostrar al mundo con su testimonio, primero, que Dios existe; segundo, que del Dios Vivo recibimos siempre mucho más, pues su fuente y providencia de amor trae consigo bienes materiales y espirituales que recibimos y cultivamos con esperanza; y tercero, al cultivar, calcular y amontonar todos esos tesoros -bienes  materiales y espirituales en abundancia- el cristiano… el rico de este siglo no los acumula, al contrario los dona, pues nadie que dice amar a Dios y no ama al hermano lo ha conocido realmente.  

En este tiempo de pandemia, además de tener puesta nuestra fe y esperanza en el Dios Vivo, es necesario generarla y darle forma en nuestra vida, donando y dando al prójimo lo que hemos recibido del padre que está en los cielos. 

Es necesario saber que a pesar de la situación y este momento de oscuridad e incertidumbre que se vive, no se inhibe la generación de la providencia para ser donada a los demás.  Y es aquí donde puedo citar una frase muy alentadora y poderosa para esta actualidad: “Nada es pequeño si está hecho por amor. “ (*1). 

Para concluir, considero que es en la verdadera donación de nuestra riqueza que el ser humano realiza su esperanza y fe en el Dios Vivo, fuente de amor y abundancia. 

(*1) citas.in/frases/chiara Lubich.